Planificar un cierre de minas desde etapas tempranas no es anticipar un final, sino proyectar una minería responsable. La transparencia, la asignación de presupuesto social y la participación temprana de las comunidades permiten que la actividad se consolide como un proceso compartido entre Estado, sociedad y empresas, construyendo confianza desde el inicio. La experiencia normativa y social de Santa Cruz demuestra que anticipar lo social habilita transiciones productivas, fortalece capacidades locales y asegura que los beneficios perduren más allá del ciclo minero, consolidando un modelo de desarrollo basado en sostenibilidad inclusiva.